El café es amigo presente y testigo de muchas historias
cotidianas, grandes o pequeñas según para quien las vive.
Con una taza de café puede empezar la más bonita historia
de amor y también terminar. Puede firmarse un contrato de trabajo o el más
importante negocio.
También puede ser testigo de nuestra soledad.
Historia 1."La Soledad"
Llego a casa, después de mi jornada de trabajo, empapada
por la lluvia, con el bolso, las llaves y el móvil en la mano, al mismo tiempo
suena el fijo, "mi madre, esa es mi madre ¡seguro!" Tengo ganas de
gritar, me quito las botas y por favor, necesito una taza de café, es ya de
noche pero son sólo las seis y media de la tarde y merezco mi café frente a la
chimenea y sentarme a leer en mi rincón favorito, sin móvil ni fijo.
Historia 2. "La cita"
WhatsApp, 20.15hr
—¡Hola, ¿qué haces mañana domingo? Te invito a un café, ¿te
apetece?
—¡Hola! (Pensé que nunca me lo iba a decir) ¿A qué hora?
—Mañana a las diez desayunamos
—¡Hasta mañana!
Moviendo la cucharilla le miro ensimismada, contesto
mecánicamente, sí, no, claro sí, sí, pero no me estoy enterando de nada, algo
de ir a ver el baloncesto, ¿Qué día ha dicho que iba?—Yo libro los miércoles—
digo así intentando seguir la conversación y de repente casi tiro el café, se
acerca, se acerca...y nuestra fecha de aniversario empieza con ese café, un
seis de diciembre de 2015.
Historia 3. "Cierre de negocios"
Estaban los cuatro trajeados, con sus tablet y móviles,
controlando siempre el fluctuar de la bolsa, hablando con clientes, hasta que
se sentaron a comer y empezaron a hablar entre ellos de negocios. Una comida
ligera pero importante en lo que iba a significar, si todo salía bien para su
empresa, pensaba Iván.
Después de discutir distintos aspectos del mercado bursátil
entre platos y sonar de cubiertos, llegó el momento cumbre
–¿Van a tomar café los señores?
Iván les convenció, vendieron sus acciones y así él las
compraría, tenía información privilegiada, sabía que iban a subir y eso era una
gran noticia, aquel café es el que mejor le sentó del día.
Historia 4. "La Ruptura"
—Tenemos que hablar
—Sí, mañana a las 9.30 tomamos un café y hablamos, ahora
estoy cansada.
Ensimismada en el movimiento que hacía con la cucharilla,
en círculos viciados y con aquel sonido tan familiar, ella escuchaba que ya no
era lo mismo, que quizás mejor darse un tiempo, que había sido bonito pero que
ya...que ya no era lo mismo.
Miraba a Iván en chándal, parecía un crío cuando se quitaba
el traje de negocios.
Quizás se haya enamorado de su nueva secretaria, ¿le
llevará el café por las mañanas?
Ya no habrian más aniversarios a partir del domingo trece
de diciembre de 2016.
Ella seguirá llegando a las seis y media a casa.
Iván haciendo negocios y rompiendo relaciones.
El camarero haciendo su trabajo.
Y el café siendo testigo mudo de sus vidas.
Cuatro historias con sus diferentes tazas de café pero
siempre con él como protagonista de excepción.
Esther Est
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