Una nueva reseña, un
nuevo ritmo.
Si,
eres un seguidor de nuestro espacio literario
te has dado cuenta que el ritmo de las publicaciones ha bajado, ¿por qué? Este chico se
está adaptando a los nuevos cambios que surgen, después de haber terminado los estudios universitarios.
Les cuento que la vida laboral es muy aburrida. Jajá
Esta es una historia de amor, de sueños y de
vida.
La
de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que
creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que
anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba
constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para
siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo
que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.
Esta
historia comienza con Gabriel y
Valentina….
La
autora nos transporta hasta los años sesenta para describirnos cómo era el
romance de aquella época. Para ser más preciso, se enfoca en el desarrollo que van teniendo
los protagonistas en toda su vida.
Nuestra
protagonista sin darse cuenta formará parte de una nueva revolución de pensamiento, donde las mujeres buscaran su independencia propia. ¡Me encanto! que la escritora
se haya tomado su tiempo, para describir
perfectamente cada uno de los momentos que vivirá Gabriel y Valentina. El pan. Sin duda, esta
trama comienza con una chica yendo por
el pan, pero por obra del destino conocerá al amor de su vida que
años más tarde se convertiría en su esposo.
Mientras seguimos leyendo,
conoceremos los momentos más bellos que pasaran juntos al embarcarse en nuevos horizontes, donde la fortaleza y la perseverancia será pieza clave, pero como en cualquier relación, tendrán
que superar los altibajos que surjan
para poder reencontrarse nuevamente, asimismo, enfrentarse a los estereotipos que te impone la sociedad.
Por
otra parte, el personaje de Gabriel ha complementado perfectamente a
Valentina, al ser un esposo
comprensible que la alienta a cumplir cada uno de sus objetivos, que la sostiene
cuando esta apunto de caerse y sobre todo que la protege. Me ha agrado que
la autora también describiera los pesares que se le
presentan, donde veremos dos maneras
diferentes de reaccionar.
“En
ese momento, mientras miraba tus ojos enrojecidos y tristes, me di cuenta de
que seguías siendo tú. Seguías siendo el chico que pintaba constelaciones.”
El
significado que le han dado a las constelaciones me ha fascinado, ¿Quién no quisiera pasar toda una vida llena de momentos felices?
Me imagino que nadie. En definitiva, si buscas una trama amena te recomiendo
esta lectura, donde las emociones están a flor
de piel, donde los propios
protagonistas te harán pasar un momento agradable.
“Existen
silencios que son ensordecedores, silencios que son peor que un grito desgarrador.
Y en ese instante lo supe. Simplemente
lo supe.”
Alice
Kellen nació en Valencia y tiene veintiocho años. Es una joven promesa de las
letras españolas que acostumbra a vivir entre los personajes, las escenas y las
emociones que plasma en el papel. También es autora de las novelas Sigue
lloviendo, El día que dejó de nevar en Alaska y El chico que dibujaba
constelaciones, que fueron todo un éxito de críticas. Es una enamorada de los
gatos. Y adicta al chocolate y a las visitas interminables a librerías.
1 Reviews
Me muero por leerlo porque me encanta como escribe la autora 😍
ResponderEliminarBesos y gracias por la reseña.
¡Saludos! Les doy la bienvenida a mi espacio literario. ¡No sean tímidos, pueden encontrar varias secciones! Antes de irte, recuerda dejarnos un comentario y compartir nuestro espacio.