—Día de muertos.
Entró a mi celular para dirigirme hasta la aplicación del calendario. Lo miro y ubicó la fecha actual. ¡Vaya! sólo quedan cuatro días para noviembre.
El día de muertos se aproxima para dar paso a una gran festividad. Donde los sentimientos y recuerdos se presentan para llenarnos de felicidad.
—Preparativos.
Una calabaza. En una olla hirviendo se encuentra con las ilusiones de volver a sentir a nuestros seres queridos, los pedazos partidos de aquel vegetal son las añoranzas de volverlos a encontrar.
Las flores de cempasúchil se hacen presentes por todos los lugares que diviso. Su presencia trae armonía a las ánimas para llegar a su destino final.
Las velas y lirios se preparan para una noche alumbrar llenando de luz aquel lugar. El agua ayudará a nuestros difuntos a su sed mitigar y la sal estará para poder purificar en su viaje a los del más allá.
— Panteón.
Preparado estoy para poder visitar tu última morada. Pero en mi mente se encuentra la pregunta formulada tiempo atrás.
Entonces comprendo que lo está hecho, ya no se puede cambiar. Pero tienes la opción de poder rectificar.
— Recordando.
¡Eras tú! ¡Eras tú! La que estabas en el ataúd.
—Entierro.
Recuerdo que al tocar mis bolsillos en el pantalón me encontré con objetos, sin valor sentimental.
¿Entonces qué pasó? Lance el estúpido celular.
Entonces aguarde la última imagen con
recelo de ti. Mi alma se quebró al verte desaparecer ….
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