Rosie
Kemp, una habitante de Nassau (Bahamas), salió un día a su jardín sin saber que
le cambiaría la vida. Al pasar bajo un árbol, una cría de mapache se le vino,
literalmente, encima. La pequeña tenía una pata rota, y al darse cuenta de que
su madre no iba a volver, decidió adoptarla. La mujer ya tenía experiencia en
eso de rescatar animales abandonados, ya que comparte casa con dos perras.
Así,
no es de extrañar que la pequeña hembra de mapache, a la que bautizó como
Pumpkin, se creyera que ella también es un perro y adoptara las costumbres de
sus compañeras de piso caninas, hizo “click” de inmediato con los otros dos
perritos rescatados que ya estaban en la familia. Era tan amorosa y gentil con
ellos que parecían como hermanos.
Con el
tiempo, Rossie comenzó a notar algo extraño en el comportamiento de la pequeña,
daba la sensación de que se comportaba como un perrito, pues incluso la seguía
como sus otras mascotas a todos lados. Al parecer Pumpkin encajó muy bien, es traviesa e
intrépida, y vive felizmente adoptada por una amorosa familia que la ve como un
perrito más de la familia. Sin embargo su dueña admite que es demasiado
inteligente, por lo que necesita ser cuidada de tiempo completo.
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