Mire el reloj. Para verificar la hora de llegada a la
reunión familiar. Ese día los autobuses estaban a reventar. Levanté la mano
para que un taxi se parará. Tres veces levanté la mano, sin respuesta alguna
del transporte.
Entonces un poco frustrado empecé a caminar. En mi mente se
posó la figura del tío Lou. La barba que siempre llevaba era un desastre,
pareciera que podría salir cualquier objeto de ahí. ¡Madre mía!
Pero el tío Lou, se quedaba corto. Me parecía una persona
agradable. La tía Tinta. ¡Buf! Era una señora guapetona. Era tan dulce como el
azúcar y empalagosa como la miel. En nuestro hogar comentaban que la tía Tinta,
parece un caramelo, pero en el fondo era la droga más exquisita que te podía
matar.
—Te dice algo que haya enviudado cuatro veces. Cada tres
años misteriosamente antes de terminar el año, sus esposos cuelgan los tenis.
Alguien tocaba el timbre de la casa era mi tía Klara ¡Vaya!
A todos nos sorprendió al venir acompañada. Ella era el tipo de persona que le
gustaba la libertad, disfrutar de las aventuras que te pone la vida. ¿Pero esta
vez venía con su novio? Me imagino que el tren de los años se le está pasando y
no quiere estar solita…
El hermano de mi madre. ¿Cómo se llama? ¿Catre o Catriel?
¡Ya, Catriel! Es la persona más aventurera que conozco ha escalado montañas, ha
buceado con tiburones. Pero últimamente las cosas no andan bien entre ellos. El
otro día escuche decir que tenía que ir a un psiquiatra. La verdad no entendí
muy bien la conversación, solo escuché decir que ¡Mármara Gila Justicia, no existía!
Yo esperaba con ansias a los abuelitos. Mi abuelita Irene.
Es una pasada conmigo siempre me trae un obsequio mientras que mi abuelo Holgué
simplemente es un gruñón. ¡Vaya! No entiendo cómo terminó mi abuelita con mi abuelito
cascarrabias. Me comenta mi mamá que la vida no trato muy bien a su padre.
Por otra parte, el segundo hermano de mi madre se llama
Ismael. La oveja negra de la familia. En mis días de colegio tenía un amigo con
ese mismo, nombre. Pero le decíamos Guayaba. Ja, ja ¡Cuántas tonterías no
hicimos aquellos días!
Mi tío Isma fue rebelde por naturaleza. No le gustaba que
le pusieran límites. Le gustaba la parranda y no se preocupaba por nadie que no
fuera él, se metía en problemas donde salía golpeado, pero como buen gallito
iba otra vez. ¡Claro! Todo cambió cuando su primera hija apareció en la puerta
de su hogar.
La persona que más me molesta es mi tía Inés, siempre está
de ponzoñosa cuando estamos platicando toda la familia, hace comentarios que no
vienen al caso, pero que a más de uno salpica. Ja, ja
La verdad. No entiendo porque no voltea al otro lado para
que vea que su esposo José, le está tomando el pelo con una muchachona llamada
Cecilia.
La tía Olga parece un fantasma. Ella siempre falta a las
reuniones familiares. Cuando se enteraba que habría un beneficio económico es
la primera en asomar la nariz, además; tiene una actitud de diva que pareciera
que nadie está a la altura de ella. ¡Pobre, Sánchez!
La pariente más cercana a nuestra familia se llama Koki.
Estoy seriamente pensando comprarle una medalla de oro por aguantar a nuestra
familia. ¡Lo sé! ¡Pero mira que guay! Una moneda de oro de chocolate.
Me presento con todos ustedes. Yo me llamo …. La verdad fue
una suerte encontrar esa moneda de oro de chocolate, no me gusta gastar mi
dinero en otras personas. ¡Genio! Yo solo ahorro. Muchos me dicen que soy muy
tacaño o que soy un gorrón. ¡Lo acepto! Cuando la comida es gratis sabe más
rica…
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