El 18 de mayo, estalla la huelga, y la Junta Federal
de Conciliación y Arbitraje la declara inexistente. Dos días después, el comité
nacional de la CTM protesta ante ese atropello y denuncia, con base en el
informe que le rinde el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la
República Mexicana, que la junta de conciliación redactó y mandó imprimir el
laudo antes de que estallara la huelga, y no citó a las partes para escuchar
sus puntos de vista y valorar las pruebas que éstas pudieran presentar.
Debido a esa violación flagrante de la ley, en su
protesta, el comité nacional de la CTM, establece que con la misma sinceridad
con la que “ha aplaudido y prestado su apoyo a todos los actos del poder
público que tiendan a beneficiar al proletariado y a libertar a la nación de
los enemigos de su autonomía, censura hoy el primer grave atropello que el
gobierno comete en contra de los derechos sociales de la clase trabajadora”.
El primer consejo nacional de la CTM, efectuado en los
primeros días de junio, escucha el informe de Juan Gutiérrez, secretario de
trabajo y conflictos de la confederación, y secretario general del
sindicato de ferrocarrileros, relativo a la huelga llevada a cabo contra la
empresa Ferrocarriles Nacionales de México; expone ante el consejo nacional el
origen y las causas del movimiento, las condiciones de los trabajadores por el
pago del séptimo día la empresa sólo paga veintiséis de los treinta días de
trabajo; agradece en nombre del sindicato la ayuda que la confederación le
presta, y demanda que cualquier decisión que se tome contra el injusto laudo
que ignora las demandas de los trabajadores, no solamente se realice pensando
en los trabajadores ferrocarrileros, sino en todo el movimiento obrero de México.
La decisión del consejo nacional se sintetiza en
cuatro acuerdos, que incluyen realizar el día 18 de junio un paro nacional de
una hora media hora durante la mañana y media hora por la tarde de todos los sindicatos adheridos a la CTM,
para protestar contra el laudo de la junta de conciliación y exigir respeto al
derecho de huelga establecido en la Constitución; invitar a todos los
trabajadores del país, sin distinción alguna, a que secunden el paro, porque no
sólo es un atropello contra el sindicato ferrocarrilero, sino una amenaza
contra el proletariado en su conjunto, y contrario a los intereses de todos los
sectores del pueblo de México, porque cada vez que los trabajadores enfrentan a
empresas donde hay presencia de capital extranjero, se quebrantan o niegan los
derechos de los trabajadores, lo que convierte estas prácticas nocivas en un
peligro para la nación, por la intervención del exterior en asuntos exclusivos
de la administración pública del país. La huelga se realiza con éxito y es “la
primera huelga de ‘brazos caídos’ que registra la historia de las luchas
sociales de México.
Fuente:
0 Reviews
¡Saludos! Les doy la bienvenida a mi espacio literario. ¡No sean tímidos, pueden encontrar varias secciones! Antes de irte, recuerda dejarnos un comentario y compartir nuestro espacio.